SECOND DAY
Quién le quita la piel a las habitaciones, quién convierte sus paredes en piscinas heladas.
No soy Françoise Sagan ni tampoco Marguerite Yourcenar. No espero a la tristeza ni tampoco a un amante. En realidad, en este instante todo parece imposible. Las palabras son manchas informes, pequeños territorios en los que no me atrevo a sumergirme. Todos los significados me son ajenos y sólo el silencio ese hombre delgado que nos salva o nos condena, sabría explicarlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario