martes, 11 de noviembre de 2014

FIRST DAY





FIRST DAY


Pegada la cara sobre los cristales olvido cualquier olor que intente sobrevivir detrás de ellos.  A veces sobre su transparencia pueden escribirse todos los idiomas, al menos los idiomas necesarios. Sin embargo, para encontrar alguna palabra que quiera asomar la cara sobre su cuerpo invisible sería necesario respirar y en este momento, respirar es un oficio que me niega la noche. Soy una estatua y la música, tan beneficiosa durante otras tardes añade gramos de quietud a lo que hoy se coló dentro esta habitación. No es diciembre, pero hace tanto frío que los calendarios  juegan a disfrazarse como lo harían un puñado de niños sádicos sentados frente a un compañero que acaba de quedarse huérfano. Los árboles, también se han unido a la fiesta y  bailan y escupen  sin reparo sobre mi tristeza. Debería hablarles de su próxima desnudez, pero hoy olvidé cualquier mecanismo de defensa. Quizás se deba a que la ciudad
le ha entregado a la noche  sus  mejores colores o tal vez porque a partir de este instante sé que todo es pasado. Que la tristeza, esta vez, espera lo mejor de mí.
 
 
 
 

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